Escritor olvidado -no tan injustamente- Enrique Mendez Calzada (1898-1940) se podría ubicar en el mismo estante donde Roberto Arlt descolló o donde Fray Mocho descolaba sus relatos de un campo que pasaba a ser un poco suburbio. En el caso de Y volvió Jesús a Buenos Aires , se impone, por lo menos, una mirada un tanto comprensiva tanto por su intención de ruptura algo infantil -a casi cien años de su publicación- como cierta pedantería para señalar lo tonto que son los demás como si el escritor se colocara por encima de los relatos. En algunos pasajes esta posición se disimula en una critica social - Cómo llegué a ser barrendero , sobre la burocracia y la entronación de ciertos profesionales que tienen más que ver con lo naif que con sus aptitudes o Gran Kermesse benéfica (sobre la recaudación de dinero para ayudar a hospitales)- pero en el resto hay una mirada si se quiere displicente sobre una sociedad bien marcada entre gente adinerada un poco cholula y pobres que busca...