Jorge Ledesma podría definirse como un militante de la ecología si esa descripción no tendría sabor a poco. Porque Adios al árbol es más que nada un ajuste de cuentas con el capitalismo y su ins aci able voracidad hacia la Madre Naturaleza. Los datos y anécdotas que Jorge Ledesma despliega a lo largo de sus páginas son contundentes y se valen por si mismas como para sostener el interés y plantear la discusión.Sin embargo, Ledesma se propone también ser didáctico y coloca a dos personajes en la trama para que dialoguen: un indio que la quinta de una millonaria y un niño de la calle con una familia ausente. Si Ledesma no tiene pelos en la letra como para sentenciar culpables de un genocidio ecológico, no ocurre lo mismo con sus personajes. Los dos personajes son trazados de manera casi infantil, con un Jerónimo (el indio) de poca profundidad y un Lito demasiado esquemático. Por más que resulte simpática la presencia de Horacio Guaraní y que los tramos finales del lib...