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Mostrando entradas de marzo, 2022

Short Cuts (Raymond Carver)

  Short Cuts  reúne los relatos de Raymond Carver que Robert Altman utilizó para filmar la película que da título a este volúmen de cuentos. Como toda recopilación, no hay un nivel parejo y alguno puede gustar más que otro más allá de la calidad. En este caso, sobresalen Vecinos (una pareja obsesionada con sus vecinos), Vitaminas (un matrimonio que pende de un hilo gracias a la infidelidad), Parece una tontería (la súbita presencia de la muerte trastorna a un matrimonio), ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (el descubrimiento de un antiguo engaño transforma la realidad de un esposo). De este conjunto de relatos,  Vecinos y ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?  -que pertenecen a ¿ Quieres hacer el favor de callarte, por favor?  (1976)- y Vitaminas y Parece una tontería  -cuentos de Catedral  (1983)- ya pagan el volumen, pero el resto de los cuentos, si bien no están a la altura de estos cuatro, también tienen interés y terminan de conformar ese mundo en const

Los pasajeros del jardín (Silvina Bullrich, 1971)

Leer Los Pasajeros del jardín plantea un problema no tan fácil de resolver: la voz de la narradora.  La historia es un largo racconto de una mujer que perdió a su marido debido a una enfermedad terminal. Empieza a contar desde el momento en que se conocieron hasta el fatal desenlace con el jardín como telón de fondo. Silvina Bullrich (1915-1990) pone en el personaje principal femenino una voz edulcorada, casi devota del hombre, con un exceso de adjetivos que por momentos llega a incomodar. Esta evocación se estira por demasiadas páginas, al igual que el tono entre melancólico y lloroso, lo que resulta la ausencia de progresión en el relato. A esto hay que agregarle la poca o nula relación con el entorno más allá del japonés que le cuida el vivero o el problema de liquidación de sueldos que ella ve como un hecho menor al lado del drama que está viviendo. El mundo de la protagonista empieza y termina en su hombre y no existe nada más. Pero por otro lado (y a pesar de estas falencias, o

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