Los primeros relatos de Edgardo
Cozarinsky (1939-2024) unidos por la temática del exilio, el ida y vuelta a la
patria abandonada (o más bien tendríamos que decir Ciudad de Buenos
Aires) y una crítica no tan velada hacia los motivos del exilio (la
persecución de la triple AAA) que se extiende a la figura de Perón
y Evita que a veces nombra y otras veces no.
Pero más allá de cuestionamientos a
su mirada política, los relatos no dejan de parecer desahogos
personales que están pensados más como diario íntimo que como
producción literaria para terceros. Es así como el relato que abre
el volumen funciona hasta el momento que aparece el amigo del
servicio militar que también era soplón de los militares. La unidad
del relato se rompe para dejar paso a una elipsis que Cozarinsky hace
pasar por un borroso recuerdo que deja a medio camino el cuento.
El resto del volumen sigue en esa lìnea y es una constante repetición de temas que se van acumulando con muy poco entusiasmo tanto de las páginas como de un lector que no espera demasiado de lo que queda del del libro.
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