Tal vez la obra maestra de Jim Thompson (1906-1977) y uno de los mejores libros de la literatura.
Nick Corey es un comisario que pareciera ambicionar una vida sin muchos problemas y si es posible sin despertarlo de la siesta. Convive con Myra, su mujer, -harta de Corey o de la vida- y con su cuñado Lennie, un fisgón algo retardado que vive bajo las polleras de Myra. A su vez, Nick está enamorado de Amy (un viejo amor al que dejó pasar de largo por culpa de Myra) y engaña a Myra con Rose (que está enamorado de Nick).
Nick quiere deshacerse de Myra para quedarse con Amy valiéndose de Rose.
Al mismo tiempo, Nick va a visitar a Ken, un comisario colega, para que le de algún consejo sobre cómo manejar el apriete de un grupo de funcionarios que le reclamaron por su vagancia y las consecuencias que le traería en tiempos de elecciones. Ken -que con la misma presteza con la que tiende una mano puede moler a palos a alguien- le da consejos de cómo zafar mientras humilla a su ayudante Buck solamente para también burlarse Nick.
Buck quiere deshacerse de Ken valiéndose de Nick.
Toda estas situaciones desconectadas entre sí detonarán cuando Nick mate a tiros a dos hombres que acaban de pasar la noche en el prostíbulo de su pueblo y ese crimen que él intenta ocultar necesitará de más coartadas cada vez que las sospechas más se acerquen a él. Esa necesidad de tapar mentira sobre mentira mezclará tanto la situación profesional de Nick como la privada y dejará muertos por todos lados.
Tres cuarta partes de Pop. 1280 son de una perfección admirable. De hecho, a medida que uno avanza, se pregunta cuándo Thompson perderá las riendas de su historia (que no significa arruinarla, sino simplemente que al momento de la resolución el relato perderá intensidad); y esto ocurre recién en las últimas páginas donde ya se van desatando los nudos y no queda mucho espacio para la sorpresa.
El comisario Nick Corey es un personaje perfecto: Thompson lo presenta arrastrándolo por la historia como un bueno para nada hasta que asesina a los dos hombres. Ahí vemos que Nick es un tipo peligroso, manipulador y que su cabeza es tan despierta y diabólica como dejada e indolente su actitud. Y a medida que Thompson nos descubreel pasado de Nick -y la cadena de situaciones que lo llevaron a ser comisario- uno llega a comprender su compleja personalidad.
Libro prodigioso, espléndidamente construído, Pop, 1280 es una maravilla que no se debe pasar por alto.
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