Tres relatos de William Wilkie Collins (1824-1889) que si bien están alejados de la precisión de The Moonstone (1868), tienen cierto aire juguetón mezclado con una intriga a nivel lógico que hace llevaderos los dos últimos relatos (The Dream Woman (1874) repite la estructura de The Moonstone (1868) y hay cierta tragedia resuelta un poco a las apuradas en Miss o Mrs.? (1873). Sin embargo, los tres tienen un dominio de la atmósfera que sostienen momentos tensos (los párrafos del regreso del pretendiente frustrado en Miss o Mrs.? (1873)., la pesquisa al marido fugitivo Un drama de la vida privada, y la secuencia de la pesadilla en The Dream Woman (1874).
Miss o Mrs.? (1873). El enamoramiento entre dos jóvenes interfiere en los planes económicamente interesados de un amigo del padre de la novia quien tapado por deuda planea casarse con la joven para que con su dote pueda pagar una deuda que dejó unos papeles fraudulentos como garantía. Pero la pareja se adelanta y se casa en secreto, lo que lleva al tipo a planear un asesinato.
Un drama de la vida privada. Un mayordomo ingresa a trabajar para una mujer que pronto se ve casada con un hombre que la desprecia. Al sentir ese desprecio, la mujer desquita su frustración con una criada suya con golpes. De pronto, el hombre desaparece como también desaparecen algunas pertenencias de la mujer. El mayordomo es ordenado acompañar a un investigador privado a seguir la posible ruta del marido. Finalmente, lo encuentran casado con otra mujer pero el tipo logra escaparse. Al pasar el tiempo, regresa a la casa y vuelve a desaparecer pero está vez dejando un rastro de sangre. De inmediato, la mujer y el mayordomo son señalados como cómplices de asesinato por la criada.
The Dream Woman (1874). Una mujer se le aparece en sueños a un palafrenero con ánimo de matarlo. Esta pesadilla lo perseguira por un largo tiempo hasta que logra olvidarla, aunque el temor de que se haga realidad comienza a corroerlo al conocer a esa mujer que vio en sus pesadillas.
Si los relatos no llegan a cerrar del todo es porque Wilkie Collins parece ponerle esmerarse en todo menos en el remate y parece que en los tramos finales la historia se desinfla. Igualmente, tres relatos atendibles del escritor inglés.
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