Ir al contenido principal

The wind in the portico: Henry Nightingale's story (John Buchan, 1928)




John Buchan (1875- 1940) toma prestada cierta atmósfera a Edgard Alan Poe y construye su propia casa Usher, esta vez como un templo construído para una deidad un tanto enloquecedora al que se le debe ofrecer siempre el mismo sacrificio. Nightingale -un erudito detrás de un inhallable libro- llega a conocer al señor Dubellay, quien no sólo tiene en su poder el deseado libro, sino que también construyó el templo detrás de su casa. Nightingale primero se sentirá atraído por la particularidad del dueño del libro pero a medida que la locura de Dubellay deje de ser pintoresca para convertirse en peligrosa querrá escapar de la situación.







A diferencia de The 39 steps (1915), la trama de The wind in the portico: Henry Nightingale's story carece de dinamismo. A pesar de su reducidas páginas, resulta redundante y tiene demasiada conciencia del parecido con Poe como para emanciparse de su influencia. Buchan busca el sostén en Poe pero no logra construir la atmósfera de misterio sobrenatural que se propone. Tal vez las excesivas descripciones del templo y de las figuras que se encuentran en él resulten lo contrario de lo que se propuso: que es perturbar al juzgar el pasaje final con un hálito sobrenatural pero que no perturba. 




The wind in the portico: Henry Nightingale's story es parte de un volumen con 28 cuentos llamado The Runagates Club. Una vez terminado este cuento largo, releer a Poe para ver las diferencias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha. Segunda Parte (Miguel de Cervantes, 1615)

Pasaron diez años de la primera parte del Quijote, Cervantes ya sabe que tanto Quijote como Sancho son celebridades e incluso un tal Avellaneda se apropió de ellos y pergeñó una segunda parte que, según las fuentes, es muy mala.  Con todo este bagaje, Cervantes acomete una segunda parte que comparada con la primera tiene varias diferencias. 1) La estructura . En la segunda parte ya no hay historias desconectadas (que en el final de la primera parte llegaba a saturar un poco), sino que las historias secundarias se hilvanan dentro de la trama para cargarla de sentido y hacerla avanzar. De hecho, la bifurcación del relato cuando Sancho es nombrado gobernador y Quijote queda en el castillo del duque es equilibrada y contiene ganchos de suspenso que luego serán utilizados en infinidad de best-sellers. 2) El tiempo. Sí bien en la cronología de la trama no pasaron más de un mes o poco más del fin de la primera parte, es evidente que la escritura acusa la década que media entre una y otra...

El señor presidente (Miguel Angel Asturias, 1946)

  La novela de Miguel Angel Asturias (1899-1974) envejeció bastante mal. Si bien la sociedad de delaciones, adhesiones y paranoia está descripta con recursos precisos, lo que se fue diluyendo con el paso del tiempo es la figura del Sr. Presidente que se intuye omnipresente pero apenas aparece como un personaje un tanto decorativo. Pero lo que envejeció de mala manera es su estructura enrevesada, de idas y vueltas temporales y situaciones que se van plegando sobre sí mismas como nudos en una cuerda que pudo haber sido novedosa a mitad de los años cincuenta pero con el tiempo resulta poco funcional para la trama. De hecho, una narración lineal hubiera resaltado la historia del Cara de Angel y su amor fulminante por la hija del enemigo del Sr. Presidente. Sospecho que Mario Vargas Llosa con La Fiesta del chivo (2000) fue el responsable de hacer envejecer la novela de Asturias que, por otro lado, tiene novelas más logradas como Viento fuerte (1950) Una novela de palpable y tra...

Las madres no les decimos esas cosas a las hijas (Federico Jeanmaire, 2012)

  Una madre en silla de ruedas grabándole a la hija que vive fuera del país una serie de DVDs a manera de diario con algunas intervenciones de un esposo que está muriendo de cáncer de pulmón pareciera tener como límite el cuento o la novela corta. Sin embargo, Federico Jeanmaire (1957) intenta forzar ese límite y a medida que avanza en la historia echa mano a recursos que únicamente están para dilatarlos (la subtrama del padre del marido), o exagerarlos (madre en silla de ruedas más padre con cáncer de pulmón terminal que recurre a la morfina para paliar el dolor). La expansión de la historia trae como consecuencias la sospecha acerca de la hija ausente y la explicación de esa ausencia donde pareciera que los padres  no reciben ni un mail de ella. Sin embargo, la hija ausente no aparece. Esto es intencional, porque si la hija apareciera, el remate de la historia no tendría sentido. Y precisamente al final, cuando el remate de la historia se empieza a vislumbrar, el ...

Para quien quiera, pueda o desee aportar