La historia de un niño de una familia acomodada que al verse huérfano termina combatiendo del lado de un grupo de contrarrevolucionarios
que luchan tanto contra el gobierno de Madero como contra Emiliano
Zapata es el puntapié inicial para narrar el paso
de la niñez a una juventud un tanto fatigada. El niño ya adolescente termina por adoptar a ese ejército revolucionarios cuyo objetivo es la libertad
de México aunque ese objetivo resulte borroso entre tanta pólvora
y tantos bandos luchando por lo mismo pero con distintas miradas.
A pesar de que la historia es atractiva, el problema que tiene la novela es que
la narración de Rafael F. Muñoz (1899-1972) es monocorde aunque en un primer momento
llama la atención e incluso tiene cierta musicalidad que podría encontrarse luego en Miguel Angel Asturias. Pero con el
correr de las páginas el tono -que en un primer momento es atractivo- termina por achatarse al narrar con el mismo entusiasmo un
ataque de los revolucionarios, el descanso de los soldados o el derrotero de las contiendas. Por
este motivo las páginas finales no logran despertar la emoción que
Rafael F. Muñoz intenta enhebrar apelando a la nostalgia.
Temáticamente interesante, pero algo chata en su ejecución.
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