Un grupo de alumnos de un colegio británico sobreviven a un accidente de avión donde mueren todos los adultos. Abandonados en una isla, van a tener que pasar sus días planeando la manera de ser rescatados al mismo tiempo que se van a volver víctimas de sus propias personalidades y desinhibiciones.
Willliam Golding (1911-1993) disfraza su novela dentro del género de aventuras para derivar el texto en un ensayo de personajes masculinos y su compleja relación con sus propias masculinidades cuando ésta se ve amenazada (la bestia) o la resolución de los problemas mediante la violencia (la guerra en los adultos, la cacería en los niños). Bajo un microscopio quirúrgico, Ralph (el líder que encuentra su cetro en un caracol), Piggy (un intelectual un tanto fastidioso pero quien tiene un elemento fundamental para la supervivencia además de su inteligencia), Jack (el líder físico y cuasi facista) y al resto de los chicos son analizados sin ataduras civiles ni el control de los adultos. Es, entonces, el regreso a una vida primitiva donde lo femenino está ausente (no hay mención de alguna mujer en el relato; ni siquiera a madres; solamente padres), donde lo masculino lleva a la destrucción mediante una testosterona hiperestimulada.
Si bien hay momentos que son redundantes en el afán de lograr situaciones tensas, Lord of the flies termina siendo una experiencia perturbadora, una pesadilla de la infancia en un lugar paradisíaco.
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